lunes, 18 de julio de 2011

De la crisis carcelaria y otras adicciones

Esto lo escribí en el viaje a Irán, camino a la Cumbre contra el Terrorismo, es sólo una reflexión...

Jesús Romero y yo llegamos al Rodeo, una tarde de un martes de junio, la llamada "Crisis" del centro penitenciario, como titulaban los grandes medios de comunicación, llevaba -para ellos- una semana en marcha. Una vez en el lugar y en apenas pocos minutos nos percatamos de todo aquello que sabemos por referencia; hablar con las madres y mujeres de los privados de libertad es toda una experiencia, aquí les cuento algo.

La primera reacción de las mujeres que llevaban días en las puertas del penal fue de rechazo, de qué otra forma podría ser. No querían saber de cámaras, ni micrófonos, ni de gente encorbatada preguntando una y otra y otra vez las "mismas estupideces" y las entendí; por eso guardamos la cámara luego de aclararles que sólo hacíamos nuestro trabajo. La primera en acercarse fue "Ana", mujer de 45 años, de piel clara y ojos tiernos como los de madre, temerosa, casi asustada me habló diciendo: "Señorusted no sabe quien me puede decir si mi hijo está muerto o no". Debo decir que esas palabras me dejaron frío y en blanco, cómo podía responderle si acababa de llegar; qué podría decirle a una madre sobre la muerte o no de su hijo... Sólo logré tocarla en el hombro e invitarle un cafecito.

Le explicaba a "Ana" que la lista sería publicada pronto, que ya el ministerio trabajaba en eso, un hecho que era real, pero que en aquel momento todos desconocíamos. Al parecer aquella madre, idéntica a la tuya, a la mía, a la de cualquiera, sólo deseaba una respuesta que le permitiera dormir. El café fue la excusa perfecta para conversar tranquilamente, su hijo fue procesado por tenencia de sustancias ilegales, tiene apenas 20 años, había dejado la escuela el año pasado. Su familia, decía, "es igual a todas".

"Ana" es madre soltera de cuatro hijo, el que estaba recluido es el mayor de todos, cada uno tiene un padre diferente. De los cuatro sólo los dos pequeños estudian, porque la que sigue al mayor acaba de tener su segundo hijo-recuerdan la edad del primero- la niña tiene 16 años y ya dos bebés, no se que piensen pero creo que no le espera un gran futuro bajo esas condiciones.

"Ana" cuenta que apenas su hijo llegó al penal, en la primera visita familiar fue abordada por un "Carro" (hombre de confianza de los "Pranes") quien  le hizo una especie de entrevista, "anotaba todo lo que le decía", cuenta. Esta mujer trabaja limpiando en una panadería, su suelo está por debajo del mínimo y ante esa situación se le impuso la vacuna de 500 Bolívares semanales. "Cómo hago para pagar eso, no me alcanza para darle de comer a mis dos hijas y mis nietos", me preguntaba con lágrimas en los ojos. Este hecho hizo tener que buscar otro empleo, "ahora plancho en casa de una señora y vendo café en las mañanas para que no piquen a mi niño".

El sacrificio de esa mujer, es el mismo que hacen la gran mayoría de las mujeres que tienen a un familiar preso en Venezuela, detrás de esos muros se cumple la ley de los "Pranes", no hay más, no hay menos, sólo lo que los "Pranes" (Jefes de jefes-Pran es en un sentido onomatopéyico, el que más suena), dicen y determinan. Los "Luceros" (Guardianes de los "Pranes") son los encargados de asegurar la vida de los jefes y son la mano ejecutora de sus órdenes. También están los "Carros", de menor nivel que los luceros, pero son ejecutores de todo, cobran el dinero y sirven de mercaderes y sicarios. El resto de la población son los "Chiguires", según los define "Ana", no valen nada, su hijo es uno de ellos.

El drama de las cárceles ha quedado al descubierto, pero debemos asumir como venezolanos que era un secreto a voces, que es una realidad latinoamericana y que lo más triste es que se use el tema como bandera política. Los que como la pre-candidata presidencial María Corina Machado, hablan del problema carcelario sin proponer nada nuevo para hacer frente a la situación, son herederos de las viejas políticas en las que se crearon cárceles como depósitos humanos. El gobierno actual, asume su responsabilidad y eso es algo nuevo, o es mentira que de haber sucedido algo así en un gobierno Adeco-Copeyano, no lo habrían resuelto en horas matando a cuanto recluso se encontrara dentro del Rodeo. No olvidemos aquel 27 de noviembre de 1992, fecha en la cual el estado venezolano, presidido por el difunto Carlos Andrés Pérez, incurrió en graves violaciones a los derechos humanos en los sucesos incurridos dentro del Retén e Internado Judicial de Catia, fecha en la cual murieron aproximadamente 63 reclusos en circunstancias no aclaradas.

La realidad de las cárceles sigue siendo una gran deuda del Estado, de los ciudadanos, de las organizaciones no gubernamentales, pero es momento de asumir esa deuda en conjunto. Hay que exigir la inmediata humanización de las cárceles, planes de real reincorporación de los privados de libertad al sistema productivo nacional, planes de reeducación en los locales de reclusión. Debemos seguir pendientes de este hecho para que los responsables de introducir las armas y drogas a las cárceles de todo el pa´s respondan por sus hechos, pero lo más importante es reconocer que está lucha va más allá de una bandera electoral, es un problema estructural y debe ser atacado como tal y creo que el hecho de que se respetará la vida de los privados de libertad es un gran avance.

Mientras aquí revisamos las fallas y tratamos de desmontar este Seudo-Estado existente tras esos muros y las redes de corrupción que se lucran en este negocio, nadie habla por ejemplo de que centenares de presos en cárceles de California llevan desde hace semanas una huelga de hambre en protesta por el aislamiento y los brutales castigos de los cuales son víctimas. Más de 12 cárceles norteamericanas se han sumado a la protesta y 6 mil 600 hombres no comen desde el 1ero de Julio. Ya 800 de esos presos han anunciado que llegaran "hasta el final". Pero, como siempre, para los "grandes medios" lo que no sirva para atacar a sus enemigos jurados, simplemente no es noticia.

Jordán

1 comentario:

  1. Yo estoy de acuerdo contigo Jordán, yo tengo fe que este gobierno haga algo, porque el problema de las cárceles en Venezuela es viejo..., ¿pero no crees que 12 años sería suficiente para que las autoridades y gobierno ya hubieran hecho algo? ¿o por lo menos empezado? Las cárceles en Venezuela (olvidemos los demás países) ¡son auténticos nidos de delincuentes! ¿Que se espera de esa gente cuando salga? ¿Como tienen tantas armas? ¿Droga? ¿Como pueden controlar todo? ¿Porque no investigan también los empleados de esos centros? ¿Y los guardias? Tienen que hacer una "limpieza" Jordán, no basta con pintar las cárceles y arreglarlas ¡si los funcionarios siguen los mismos! ¿y porque mezclan todo tipo de delincuentes? esas cárceles parecen salidas de la más profunda y pobre África.... Venezuela tiene la obligación de resolver este tema, sin demoras... yo creo que es este el gobierno el que lo hará..., pero también creo que esta tardando mucho en hacerlo....
    Saludos de un venezolano atento y preocupado.

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