jueves, 2 de octubre de 2014

¿Cuántos mártires más hacen falta? Honor y gloria a mi hermano Robert Serra


A Robert Serra lo conocí en los pasillos de ANTV en el año 2003, era uno de los productores más jóvenes del canal y tenía en mente hacer un programa hecho por y para jóvenes cuando nadie apostaba por algo así; siempre en movimiento, siempre claro y altanero y siempre amando a Chávez como sólo un hijo ama a su padre. 

Fue ese ímpetu el que le abrió a Robert camino entre las zonas más populares de su amada Caracas y llegó con mucho más mérito y honor que otros a su curul en la Asamblea Nacional, esa misma donde defendió ante los ignorantes estudiantes de la oposición esta forma de vida llamada Revolución Bolivariana. Ese chamo enfrentó millones de veces la violencia de los que se hacen llamar demócratas en los cientos de ataques que recibió en la Universidad Simón Bolívar; hecho que sólo le daba fuerzas nuevas para denunciar la doble moral de la burguesía que lo odiaba por ser él la muestra de que de la humildad salen grandes ideas y liderazgos. 

No sé cuantas veces lo entrevisté, Libertad Velazco colgó en redes una foto en la que conversaba conmigo para TELESUR llamándolo “la voz de los barrios para el mundo”, ese era el valor de Robert, amigo, valiente, líder y honesto. Un joven con el que conversé miles de veces sobre la necesidad de renovar liderazgos, de ser eficientes o no ser y de la necesidad de ser frontales en una guerra que parece nos empeñamos en no querer ver. 

La última vez que nos vimos conversamos un rato sobre las denuncias de los planes terroristas de la derecha y me dijo: “Jordán estás haciendo tremendos trabajos, cuídate hermano, mira que esta gente (la oposición) viene con todo y tienen un plan de asesinatos selectivos” a eso respondí: hermano cuídate tú, yo soy sólo un pendejo. Reímos y nos despedimos con un abrazo; así era el “enano” un hermano claro como pocos. 

¿Cuántos Robert nos hacen falta?.. Lamentablemente seguimos corriendo la arruga a temas como la presencia Paramilitar en los cerros de Petare con el amparo de Carlos Ocariz y Henrique Capriles, lamentablemente seguimos siendo fuerzas de reacción y no de acción, escribo estas líneas y lloro, exijo justicia. Ya basta!.. Somos un Gobierno del pueblo que es eliminado como si nada pasara. Por mi hermano Robert, por Otaiza, por Danilo, por tantos otros… Entendamos que la paz no se decreta y que la derecha no está jugando, dejemos de hacerlo nosotros. 

Robert, hermano, nos veremos más temprano que tarde en un lugar mejor y te daré esa clase de futbol que nunca pudimos cuadrar.

viernes, 25 de julio de 2014

TV PUBLICA DE CALIDAD O NADA...



El golpe de Estado de 2002 demostró el inigualable poder de los medios de comunicación y en especial de los canales de televisión; desde ese momento se nos presentó la tarea de construir un sistema de medios públicos de calidad, con valores y con público, esta última característica parece ser de las más difíciles de alcanzar. 

jueves, 3 de julio de 2014

¿ACASO SOMOS UN PUEBLO CORRUPTO?.. NO LO CRE, ME NIEGO A CREERLO

¿Qué más debe pasar para darnos cuenta de que somos nosotros, como pueblo, los únicos responsables del caos sea económico, social o político del que tanto nos quejamos?.. Si "200 años de calma no fueron suficientes" para lanzar la mayor cruzada por la libertad en este lado del mundo, cuánto más esperaremos para acabar con la cultura del vive pendejo que nos ha lanzado por el barranco que hoy nos roba la sonrisa 

Yo vengo a ofrecer mi corazón - Mercedes Sosa.





Siento tanta desilusión en el aire que me preocupa... Por eso les dejo esta letra...


lunes, 24 de marzo de 2014

¿Qué nos pasó y qué nos pasa?

¿Qué nos pasó con los chamos? se preguntaban en mi barrio los padres que vieron a mediados de los años 90 cómo la droga y la oferta del dinero fácil les arrebataba a sus hijos convirtiéndolos en delincuentes, microtraficantes, reos o peor aún en difuntos.
Hoy algunos de los que sobrevivimos a esa jornada de extinción de la generación que muchos llamaron “boba” hacemos la misma pregunta al ver a estos jóvenes que usando una máscara copiada, con armas aprendidas en páginas terroristas, sin consignas, sin conciencia y con un odio que les roba la alegría salen a las calles a destruir lo que en algún momento les perteneció y formó parte del orgulloso legado de los más ricos a su prole, zonas rosa, repletas de esplendor en un “país como este del Tercer Mundo”.
¿Qué nos pasó como sociedad?
Lo que siento es que olvidamos cosas fundamentales; de qué sirve hacer una ley para defender a un sector u otro de la violencia, si nuestros medios viven y florecen gracias a ella.
De qué nos sirve darle financiamiento a la gente del campo si cuando vamos al mercado, por estrategia de un grupito con fines políticos, no nos dejan ni entrar a ver que ha generando tanta rabia que muchos justifican así la anarquía que hemos visto regarse en varias de nuestras ciudades.
Cuándo comenzaremos a usar el poder para darle a todos lo que todos necesitamos: buena salud pública, seguridad, paz.
Si estos muchachitos hicieran esto en Estados Unidos ya estarían en Guantánamo olvidados.
Si conocemos el plan, a sus líderes, sus financistas, sus pregoneros no sigamos esperando. La paz no es un derecho de un grupo y la justicia menos.

jueves, 20 de marzo de 2014

Regimen de terror


Lo que hemos visto es sólo una muestra del espíritu violento de ciertos sectores de la oposición que no busca otra cosa que poner fin al Chavismo, pero también es el pase de factura de esos que alegan ineficiencia y  falta de espacio para la rectificación, y por supuesto de esos que odiando la Revolución han y siguen siendo premiados con cargos de alta responsabilidad.

La muerte como hecho, el fuego como marco y la manipulación descarada de los medios como vehículo son el cóctel perfecto que le ha servido a las grandes potencias para dividir países que luego son bombardeados, invadidos, destruidos y ese es el que nos están aplicando. Pero creo que va mucho más allá del trabajo de Uribe, del financiamiento gringo y de los montajes en redes sociales. Durante años esos medios han hecho creíble la tesis del Estado fallido mientras nosotros nos hemos dedicado a responder, hoy hablamos a gente que no nos escucha, no nos lee, no nos cree.



El asedio permanente a Venezolana de Televisión, la agresión a nuestros equipos y en muestra del odio exacerbado contra equipos de medios privados nos dice, que al menos en el campo mediático, estamos perdiendo la batalla. Han logrado bloquear nuestras señales a nivel internacional y salen cada noche denunciando censura, montan alcabalas en zonas del sureste de Caracas mientras incendian sus urbanizaciones, todo para retar al Estado y buscar una respuesta similar de los revolucionarios… Hago votos por la paz, por que nuestra gente no muerda el anzuelo de la confrontación directa y por el uso de la inteligencia para frenar a estos grupos, ya que de lograr su objetivo si seríamos testigos del despliegue de un verdadero régimen del terror.

sábado, 1 de febrero de 2014

¿Estamos del mismo lado?

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Por Jordán Rodríguez

¿Estamos del mismo lado? (Opinión)

1 febrero 2014 | Haga un comentario
Las nuevas medidas anunciadas por el Ejecutivo para hacer frente a la guerra planteada en el campo de las divisas generaron tanto revuelo que el ruido y el traqueo de los dientes de muchos aún se escucha.
Peor que escuchar a los opositores de siempre planteando el caos del régimen al que tanto aborrecen mientras esperan para raspar sus cupos o importar chatarra para seguir especulando me resultó escuchar a muchos “camaradas” repetir sus matrices devaluadas y teorías sobre el fin del sistema socialista venezolano.
Nuevamente estamos en una encrucijada vital. El socialismo no puede ni debe ser edificado sobre una estructura capitalista enferma de muerte como la venezolana.
Hablemos con claridad. Lo que recibimos es el producto de la falta de conciencia de esos que creen que vendiendo unos dólares hacen el negocio de sus vidas, sin darse cuenta de que empujan la balanza de la especulación que volverá a golpearles la cara con toda su fuerza apenas se den la vuelta.
Para seguir el proceso de sanación de la economía también siento que hacen falta varias cosas: atacar la impunidad, todos deseamos ver tras las rejas a los empresarios de maletín y sus compinches en lo que era Cadivi, de no ser así habremos perdido algo irrecuperable, como es la confianza del pueblo.
Por otro lado, se debe seguir pisando a fondo el acelerador en la ofensiva económica y dar garantías a los emprendedores; llegamos al punto de quiebre y no podemos detenernos.
Pero lo que creo más importante es hacer entender a todos que un cupo no es un derecho; un derecho es salud de calidad, empleo digno, vivienda y educación. Cuando lo tengamos claros seguiremos avanzando.
rodriguezjordan@gmail.com

domingo, 19 de enero de 2014

Hablemos de violencia, medios e hipocresía

Se nos llama a un debate que debimos plantearlo-en mi humilde opinión- hace unos10 años... El fenómeno de la violencia criminal y su reflejo en los medios de comunicación, o el fenómeno de la violencia que venden los medios de comunicación y su impacto en nuestra sociedad.

Cualquier forma es válida para plantear una ecuación que se muestra vital dentro de la dinámica de una sociedad que es víctima de la criminalidad más cruel, de una racismo solapado y prejuicios sociales pero que además se enfrenta al reto de limpiar un sistema de justicia ineficiente y corrupto, que en muchas oportunidades ha servido como abono para el accionar de esecriminalidad.

Sin lugar a dudas, el tema de la violencia tiene tantas aristas que un blog completo se nos quedaría corto, si alguien critica la ineficiencia del Estado, otra persona responderá afirmando que es la descomposición social la que nos ha traído hasta este punto. Si alguien pide mano dura y acciones como pena de muerte, cadena perpetúa o trabajo forzados, alguien lo tildará de tener una corta visión y seguramente le acusarán de socialcristiano y potencial violador de los derechos humanos.

Lo cierto del caso es que mientras nos ponemos de acuerdo, los medios siguen haciendo su agosto con hechos tan lamentables como el asesinato de la joven actriz y su esposo que nos conmovió hace algunos días, lo cierto del asunto es que mientras un grupo de desalmados busca, con marchas y llamados a más violencia partidizar hechos como ese, pero son indolentes ante el asesinato de cualquier hijo de Petra Pérez, el hampa sigue actuando y les juro que no pregunta si eres de un grupo, colectivo o partido político para accionar un arma.

La falta de valores fundamentales como la unión y el respeto familiar, la hipocresía de esos que lloran ante las cámaras pero se niegan a aceptar invitaciones para proponer acciones contra la violencia mientras siguen procesando que nuestra Constitución plantea la Democracia de manera "Participativa y Protagónica" y la complicidad de la mayoría hacen que parezca imparable el tren de los violentos.

Los medios se han convertido en vitrina abierta para vender antivalores a cualquier hora del día y una coletilla que informe cuales son las características de un determinado programa no es suficiente, no cuando es la televisión la niñera del siglo XXI. Sin importar el día o la hora nuestros hijos son bombardeados por imagenes sin fin de alto contenido violento donde el sexo, la infidelidad, las drogas y el dinero son el centro de cualquier trama, haciendo que esos antivalores se hagan cotidianos y "normales" para todos. Además de esto, la red cada día amplifica su penetración de contenido incontrolables.

Más lamentable aún es ver avisos clasificados donde se prostituyen nuestra juventud... Recuerdo que cuando era un niño me encantaba tomar el periódico para leer las historietas de "El Fantasma" hoy cada vez que mi hijo de cinco años quiera hacer lo mismo tendré que revisar que no llegue a sus manos esos avisos que deberían ser ilegales. 

Las leyes existen con el único de fin de hacerlas cumplir, el resto son sólo buenas o malas intenciones. La Ley RESORTE debe ser aplicada, algo que nunca se hizo, mientras se plantean las reformas al Código Penal y se sigue una lucha contra el hampa que debe hacerse con transparencia y sacando del juego al esos funcionarios que sabemos sólo usan el uniforme para convertirse en puente de los delincuentes. Las leyes son nuestras, de todos por igual y la violencia debe ser combatida en todas sus formas, sin hipocresías, sin tregua, de resto seguiremos hablando de un mal al que hemos permitido entrar a nuestros hogares y sentarse en la sala a tomar un café.